sábado, 21 de junio de 2014

Almogía, la blanca villa


Las estrechas calles de Almogía aun  conservan las huellas de la influencia árabe. El mismo nombre Al-Mexia (la hermosa) así lo demuestra.
Parte de la historia de este pueblo de casas blancas, que contrastan con el amarillento del terreno, está escrita en un mural del pueblo. Allí se relata la rebelión morisca de 1570 y su expulsión de sus tierras por parte de la corona.
Años después  los católicos se encargaron de repoblarla y continuar escribiendo los acontecimientos de la población, hoy perteneciente a la provincia de Málaga.
Para comprobar las particularidades de Almogía es necesario algo de valor y cierta pasión por la aventura.  Después de un largo recorrido por una  serpenteada y estrecha carretera a primera hora de la mañana en un septiembre caluroso, compensa la calidez humana de sus gentes, que de vez en cuando agradecen la visita de un foráneo que los extrae de su monotonía, les muestran su casa  y dicho sea de paso, invitan a consumir sus productos (almendras y olivas).
Espero que la próxima visita a Almogía no sea por el compromiso de una boda, me gustan poco la verdad, sino por la celebración de un acontecimiento mucho mejor: celebrar la vida.

Bienvenidos al verano, esperemos que sea agradable y largo, muy largo. 

No hay comentarios: