Recuerdo como ayer el día que fui a Bogotá a tramitar la visa de estudiante en el consulado de España en Colombia. Iba tan segura de conseguirla, cumplía los requisitos y sabía a qué venía, hoy lo tengo más claro que nunca y espero no olvidarlo por si me distraigo en el camino.
Un mes
después de recorrer los pasillos del consulado el número asignado apareció en
la larga lista de solicitantes: Concedida.
Si hay algo
que no me gusta es tramitar visas, no solo por lo dispendioso que son los trámites
administrativos, ver la cara de espanto de los que están al otro lado recibiendo
los documentos. Me molesta tramitar una visa porque considero que no la
necesitamos para movilizarnos y si así fuera el proceso de hominización se
hubiese quedado estancado siglos atrás.
Somos migrantes
naturales, no hay nacionalidades ni fronteras como tampoco hay patrias. Las visas
obstaculizan el intercambio de culturas, pero hay quienes se enfrascan
en lo contrario.
El domingo
pasado Mariano Rajoy llamó a Juan Manuel Santos justo cuando éste atendía uno
de los encuentros comunitarios, de esos que están muy de moda en Latinoamérica
gracias a Hugo Chávez. En ellos los gobernantes le cuentan a la comunidad las
mentiras de la semana.
La razón de
la llamada: anunciarle que solicitaría a la Comisión Europea y los Estados del
Espacio Schenguen retirar de la lista a Colombia y Perú, países cuyos
ciudadanos necesitan visa de turista o corta duración para ingresar a España.
Una buena
noticia no solo para España que mantiene relaciones comerciales con los dos países cuyas economías están surgiendo sino para los colombianos y peruanos con
posibilidades de pasar sus vacaciones y gastar dinero. Este país dejó de ser destino laboral no solo
para los españoles que antes podían darse el lujo de rechazar los empleos y también para los latinoamericanos avocados a cubrir los puestos de trabajo.
La alegría
de mis amigas, que ya habían empacado el café y otros detallitos
que me pierden, se desvaneció con la
misma prisa que la Comisión Europea desmintió la noticia: Colombia y Perú no integran
la lista de los 16 países a los que Bruselas estudia la exención de visado. Así las cosas ni visitas, ni cafés
a menos que my people tramite la visa.
Mariano
Rajoy, necesitado por estos días, y en lo que le restará de gobierno de un baño
de popularidad, debe esperar hasta 2014 para hacer la solicitud en Bruselas y
de aquí a la fecha a lo mejor no esté, quien sabe.
Tal como
está el panorama la supresión de las visas no será por ahora y los hijos de Abya Yala deben esperar que algún
día se le reivindique el derecho de
entrar a la casa de su madre, como bien lo dijo García Márquez cuando en 2001
se les exigió a los colombianos visas
para pisar suelo español.
Brusela no entiende de lazos familiares de antaño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario