Hay quienes no creen que algún día les tocará la
lotería, sin embargo la compran año tras año.
Otros compramos un décimo pensando que algún
día nuestros números saldrán de ese gran bombo y saltaremos de alegría.
También están los que le apuestan todo a esas cinco
cifras, o al azar.
La Lotería del Niño ha premiado a unas cuantas
familias y con ella ha llegado la ilusión a diferentes sitios de la geografía
española.
La ilusión o el sueño, ganemos o no, apostemos o no,
es lo que nos mantiene y nos anima a que así no nos toque el gordo, el Niño o
el extra de verano sigamos creyendo y apostando.
Bien lo dice el anuncio: que la ilusión continúe y yo
diría que solo ella nos mueve.
Por la ilusión, que motivó a mi amigo Antonio
Ibañez a captar esta imagen que hoy comparte con nosotros.
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