Que
mejor antídoto para la desesperanza y la desazón que dejan las noticias y la
cotidianidad que zambullirse en la lectura de un buen libro.
Yls
Ravelo, una futura doctora de filología brasilera, me llevó hasta José Mauro
de Vasconcelos, autor de Meu pé de laranja lima.
En
el libro el autor narra las peripecias que sufrió en su infancia marcada por la
pobreza.
En
el mundo imaginario de Zezé cobra vida un árbol de naranja lima con el que
comparte sus aventuras.
O
meu árbol de naranja lima reivindica el niño que siempre somos, la inocencia y
la realidad de la niñez latinoamericana.
Otros arboles
En
la plaza del Obradoiro inició el montaje de la única señal de que es Navidad en
esta ciudad.
No
es un abeto inmenso como el del Rockefeller Center, pero al menos con la excusa
de la crisis no nos han “recortado” la ilusión de pasar por la plaza y apreciar
la escena navideña.
Hablando
de ilusión, este año tengo árbol de Navidad. Está justo al lado del pesebre que
también tiene mula y buey.
No
me imagino un nacimiento sin animales, como tampoco sin reyes magos y sin
pastores.
Cuando
en la infancia se disfruta de épocas tan bonitas como la Navidad es muy difícil
despojarse de recuerdos, los encuentros de los amigos del barrio para cantar la
novena de aguinaldos, los juegos alrededor de las luces navideñas, los vecinos
compartiendo postres, natillas Y la música en cada esquina es una alegría
contagiante.
Feliz
Navidad
1 comentario:
¡Me alegro de que te haya gustado el libro! A mí me encanta y me tiene enganchada siempre que me decido por leerlo una vez más... XOXOXOXOXOX
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