Fue en el Instituto
Moderno Riohacha donde tuve mi primer acercamiento con la literatura de Gabriel García
Márquez.
En los concursos de
literatura de mi querido Colegio los premios que en su mayoría eran uno que otro
libro de Gabo, como le dicen al escritor en ese eterno Macondo que se inventó y
que dio a conocer al mundo.
En ese universo, mitad
real- mitad mágico, de García Márquez el surrealismo supera cualquier
circunstancia, esa es la primera lección del escritor en sus relatos y la
primera clase de narrativa, sino la mejor, una vez se abren las páginas de
sus libros.
Compartiendo tertulia
con Andrés Vence, un medico guajiro que lo conoció en uno de sus viajes a México, coincidimos que la mejor enseñanza que
hoy nos deja Gabriel García Márquez es hacer de este mundo un espacio mejor y
si es a través de la literatura, mejor será la transformación.
Lo digo especialmente
por las heridas abiertas del pueblo colombiano que aun teniendo las
oportunidades para alcanzar la paz no sabe cómo aprovecharlas, tal vez por las secuelas
de vivir en el fragor de la guerra.
Para ti maestro de
maestros, muchas flores y mariposas amarillas
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