Hoy es 25 de abril y en cierto sentido huele a revolución.
Huele es un decir, más
bien se añoran los arrestos de los portugueses
cuando cansados de tanta
represión salieron a las calles y lograron pacíficamente derrocar un régimen.
Me gustan las
revoluciones, no de las armas, sino aquellas que se consiguen apelando a los
derechos, la revolución de pensamientos,
la revolución de ideas como lo hicieron los portugueses hace 40 años sin
disparar un fusil, solo con claveles rojos.
Décadas atrás el pueblo portugués
luchaba contra una dictadura, las ultimas que quedaban en Europa. La dictadura
que atenaza hoy al país luso son las
imposiciones de austeridad, recortes y rescate de la Troika (FMI, Comisión Europea y
Banco Central Europeo).
Vasco Lourenzo, promotor
de esa revolución “roja”, considera que otro
25 de abril no es posible, tal vez lo dice por la resignación que carcome a
Portugal y a medio mundo.
La foto: En 2011 capté esta imagen en Lisboa.
A pocos pasos del Castillo de San Jorge esta cabina de teléfono, o
lo que queda de ella, con unas pintadas invitando a una revolución que a lo
mejor nunca se dará. Espero equivocarme.
Viva Portugal y Grândola, Vila
Morena
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