El afán desmesurado de sindicar,
señalar, acusar y asociar los movimientos sociales con los grupos violentos no
es otro que intentar minimizar el valor de la protesta, el derecho a exigir nuestros
derechos y los derechos de los demás.
Se está viendo en Estambul y
se vive en España. Ayer el Parlamento Europeo concedió el premio Ciudadano Europeo 2013 a la Plataforma de
Afectados por la Hipoteca, PAH y no tardaron los del PP en criticar el
reconocimiento, bien sea dicho, aprobado por la mayoría del PP europeo.
El
premio Ciudadano Europeo es
otorgado desde 2008 a personas y organizaciones
que luchan por los valores europeos, promueven la integración entre ciudadanos
y los estados miembros, lo que quiere decir que la PAH con Ana Colau a la
cabeza están dando ejemplo de valores no solo en España sino en esta Unión
Europea resquebrajada.
Qué puede ser más
violento que las injusticias y desigualdades sociales que campean
en estos tiempos por esta esquina de Europa, empezando por la misma crisis económica
y social cuyas consecuencias las pagan los más desfavorecidos.
Qué puede generar más
violencia e inconformismo que los desahucios, las tramas corruptas tanto de uno
como de otro bando, los sobres de Bárcenas; las bodas y viajes con dinero
Gurteliano o un grupo de personas que salen a las calles para evitar que
privaticen los hospitales, o que lo bancos se queden con las casas y pisos de miles de familias.
El hastío, desazón e
inconformismo de los grupos y organizaciones sociales nacen de la incapacidad
de los gobernantes de plantear propuestas que den solución a los problemas.
Enhorabuena por el reconocimiento a la PAH.
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