viernes, 23 de diciembre de 2011

Y ahora van por el rio


No hay un guajiro que no sienta el río Ranchería como suyo. Y como es nuestro es inamovible. Está atado como un cordón umbilical a nuestra cultura, al pasado, al presente y si lo permiten a nuestro futuro.
Desde hace unos meses los indígenas de Pancho, una población de pescadores y artesanos, ubicada a menos de una hora de Riohacha, la capital, se enteraron de las pretensiones de una multinacional de desviar el cauce del río Ranchería para sacar carbón de sus entrañas.
Ya lo han hecho con media Guajira y nunca sacian el hambre de explotar los recursos de la naturaleza. Por cada tren que sale cargado con carbón de La Guajira se han destruido bosques, mal comprado tierras, entre otros abusos que han silenciado.
A la estela de contaminación ambiental que la gran locomotora deja por su paso no valen los millones de regalías para reparar el daño causado al ecosistema.
Ahora la empresa minera va por el Ranchería.
Quiere desviarlo para extraer alrededor de 500 millones de toneladas de carbón, “calentar el mundo” por unos cuantos millones de dólares aún sabiendo que le quitarán la fuente de vida a muchos pueblos, entre ellos a comunidades indígenas y pescadores.

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